10/9/11

Más allá de una mirada...

Lo acepto, me obsesionan más que solo las miradas...

Y es que gran parte de lo que me gusta observar, analizar, disfrutar y recordar no es simplemente un par de ojos que se abren y cierran. Las miradas son más que eso, tal vez mucha gente no percibe ese perfecto mosaico de componentes que adornan la mirada de alguien. Mi definición de “primera impresión” tiene más o menos esa orientación.

Cuando me llama la atención una mirada, veo más allá del color del iris en sus ojos, cómo se abren y cierran a ritmos algo intermitentes, si brillan o se notan cansados. Me gusta ver también como conjuga su expresión labial, su sonrisa, su gesticulación, sus labios tristes o meditabundos, su sonrisa tímida u omnipresente. Es importante el tono de voz, con cuánta mesura se expresa, si chilla en vez de hablar, qué tan inteligente es cuanto sale de sus pensamientos, si su risa se contagia, si se le quiebra la voz por miedo a decir algo inapropiado, si se toma su tiempo o atropella cuanta palabra se encuentra. Me gusta ver cuando sonríen hasta sonrojarse, su expresión de sorpresa, miedo o alegría; su rostro serio o decidido, imaginar el rostro que se esconde tras un libro.

Se dirán, ¿acaso no es un poco raro pensar en todo ello? Sí, probablemente sí. Pero me parece normal, tomando en cuenta que el principal medio de comunicación no verbal se halla en nuestros rostros. Es por ello que, a veces sin darnos cuenta, damos un valor adicional al encuentro personal, a sentir que con quien hablamos realmente existe para nosotros, a vernos en un café o en el parque. Sentirse vivo también es sentir que comunicamos que nos sentimos vivos y que alguien más lo haga a manera de respuesta y gratitud.

Por eso, cuando quiero recordar a alguien que tiene cierto significado para mi existencia, imagino que me habla y que su rostro me dice lo que recuerdo que me decía. Sin duda, no sé qué seríamos de nosotros si no recordáramos al menos esa mirada, ese rostro, esa persona.

1 comentario:

  1. Julio: ¡Qué placer haberte conocido ayer en persona!... Me encanta esta entrada, ya la recomendé en nuestro mundo tuitero jejejeej... Ciertamente tienes mucha razón en como piensas, la mirada y todos los componentes que la integran hacen memorable o no a una persona. Es algo un poco romántico, pero es la entrada al alma y fácilmente se reconoce a quienes valen la pena que estén en nuestras vidas. Yo desconfío de quien me evade la mirada...

    Un saludo,
    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.com

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