15/5/09

Sátira de la realidad: amor incondicional

Recientemente he leído algunos textos de Gandhi (Reflexiones sobre el amor incondicional) y de Jacques Sagot (Amor y perdón - La Nacion, 30 de enero de 2009) que intersecan en una temática algo subordinada en los últimos tiempos: el amor...

Por favor, si antes de usted leer este texto piensa que "amar" es solo llenar de besos y abrazos a alguien, regalarle las flores más lindas, decir ensordecedoramente palabras melosas... le invito a salir de mi diario, no vaya a ser que se lleve una mala experiencia en su lectura... quitemos esa máscara repulsivamente materialista que le han dado a tan sublime sentimiento (cualquiera regala una caja de chocolates en forma de corazón... ¿quién pone su propio corazón en la caja del amor, y lo obsequia con dedicación?)...

Es muy fácil ver el amor como un sentimiento vano, tratarlo por encima... o peor aun, tratarlo sin importancia de análisis, por ser TAN subjetivo y hasta censurado por la sociedad (o verlo de forma egoísta, como un trato unilateral de "me importa que me amen, y luego ahí veremos para el resto")... Para comprender estos escritos mencionados anteriormente, hay que ver el amor de manera global... No solo como un sentimiento, también como una forma de vida, y un trato recíproco entre las personas... Hecha la salvedad, será conveniente proceder...

Ambos pensadores, Gandhi y Sagot, dibujan una utopía social acerca del amar como estandarte en cada uno de nuestros actos... Tan solo con el hecho de leer "el ser humano no tiene otra misión en el mundo que la de amar" ya nos echamos la soga al cuello (como se diría jocosamente), puesto que nos obliga a meditar si esto es correcto o no... Y si concluímos que no... ¿entonces para qué estamos aquí? ¿Para odiar? Sí, es muy delicado llegar a conclusiones tan extremistas... mejor llevamos todo con un poco más de calma...

Uno de los motivos por el que existen las utopías, aunque parezca extraño, es para mostrarnos lo mal que estamos... Es fácil decir que las utopías son para mostrar un mundo idílico, lleno de perfección y pureza social... Les digo que esa es la forma optimista e inocente de ver las utopías... ¿A quién le gusta decir que está equivocado?

Las utopías nos quitan la venda, y nos muestran lo equivocados que estamos al pensar que nuestra forma de vida es la ideal... Todo aquel que no vea en las utopías un motivo para mejorar la sociedad en la que vivimos, es ciego e insensible... y aquel que diga que nada se puede hacer, es conformista... Peor aun, el que diga que se pueda llegar al ideal, es un iluso...

Esperen, esperen... ¿Entonces qué hacemos?¿Dejamos de pensar en "lo bonito que sería el mundo si..."? Sagot nos ilustra la solución más sensata: "Los seres humanos podremos no ser perfectos, pero sí somos perfectibles, y tenemos el deber ético de acercarnos al ideal, aun cuando sepamos que no vamos nunca a alcanzarlo plenamente."

No está tan alejado de la realidad... a decir verdad, las personas mejoran solo si existe la voluntad de hacerlo... y no tratar de mejorar implica que simplemente no se desea, conformándose y resignándose con lo que es... conclusión: quien no se preocupa por mejorar y perfeccionarse, es un mediocre (y no digo que quien lo intenta y no puede, sea un mediocre... eso es completamente distinto, porque existe voluntad de hacerlo)

Es hora de unir ideas... ¿de qué nos sirve ver el amor como una forma de vida... de estar dispuesto a escuchar, atender, comprender y hablar con alguien, sin miramientos de limitaciones de ningún tipo? Simple, para mejorar como personas... Para mí, es triste ver cómo la gente se alimenta de envidias y rencores... el odio no genera ningún tipo de beneficio, más bien recrudece el ambiente y a la persona misma... amar, en cambio, genera, construye, edifica y realza lo que hacemos... Y no solo esperar a que nos amen, sino tratar de amar a aquellas personas que merecen nuestro aprecio... e insisto (para los que no entendieron al inicio), esto no se demuestra con cosas materiales, mundanas... una tarjetita o un chocolate... se demuestra con hechos fehacientes de nuestro sentir... estar ahí para aquel que amas, siempre... Ese es el amor incondicional...

Gandhi lo veía todo a muy grande escala... ese tipo de proyectos es casi imposible de llevar a cabo, puesto que para que TODO el mundo se ame, literalmente tendríamos que dejar de ser humanos (olvidar impulsos, dilemas, rencores... es muy difícil)... pero con tratarlo en nuestra pequeña esfera de vida, los cambios positivos no demorarían en llegar... Amemos incondicionalmente a quienes amamos, debería ser una obligación... amar condicionalmente? Esa es la verdadera sátira a lo que conocemos como amor...

Fecha de escritura: 31/01/09

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