I
Amo acariciar
tu delgada y fragante
piel de durazno.
II
Si la distancia
fuera solo un engaño
de tus ausencias.
III
Gran ironía
son tus fríos besos y
mi ingenuo anhelo.
IV
Sufre sin pena:
Hasta las rosas con su
rocío lloran.
V
Árbol caído:
lamentas con un crujir
enmudecido.
VI
Sobre hojas secas
la chispa recuerda su
flamante esencia.
VII
Al anochecer
encuentro en ti, mi luna,
la compañía.
VIII
Brisa serena:
roza con dulzura tu
tersa mejilla.
IX
Nuestros recuerdos
caen como gotas en
tardes lluviosas.
X
Mira, girasol,
el andar incansable
del astro mayor.
XI
Estoico salmón:
el agua corre, él
siendo pez, salta.
XII
El sol se esconde
entre grisáceas nubes:
lluvia segura.
XIII
Tu dulce risa,
fugaz eco, resuena
en mi memoria.
XIV
Amaneciendo:
el ave vuela y canta
sobre los cielos
XV
Frente al espejo
veo juntos mi rostro y
mis pensamientos.
XVI
Entre las flores
huelo tu dulce aroma.
¿Acaso sueño?